Aquí vamos...
Creo que las personas que me conocen y frecuentan últimamente parte de su tiempo conmigo sabrán
de mis tendencias psicópatas y desórdenes mentales que de vez en cuanto me gusta fumar
una o dos cajetillas diarias. Sin embargo, un día de repente decidí ponerle fin a esta etapa de mi vida
que generalmente dura una semana e iniciar una nueva etapa post-tabaco
. NO ES UNA ADICCIÓN JODER, PUEDO DEJARLO CUANDO QUIERA. Y NO, NO ESTOY ALTERADO POR FALTA DE TABACO.
Muchos se preguntarán porque deje
de ser cliente VIP de una de las tabaqueras mas famosas del mundo, de fumar y hay muchas causas: daño irreversible en el hígado
(que de por sí ya me lo estoy arruinando con otro hábito), corazón, pulmones principalmente, además de los riñones y el cerebro
(aunque ya estoy algo dañado de lo último) pero el primer paso que me
abrió los ojos a la realidad de una vida sin tabaco fue
la posibilidad adquisitiva de adquirir una cajetilla de cigarros. Tonta pobreza
mental.
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Todos juntos, díganle NO al cigarro
o en su defecto, compartan. |
De aquí en adelante, la historia se pone interesante. Tengo aproximadamente unos ocho días calendario desde mi último cigarro y esta es mi experiencia: básicamente es un tipo de
bitácora de la cual hoy estoy orgulloso de compartir con ustedes.
¡Porque experimentar con tu propio cuerpo nunca fue tan divertido!
Día uno. He revisado mi archivero y he notado una situación extraña. Me tiemblan las manos, tengo un mal presentimiento. Poco a poco me doy cuenta de la triste realidad: sí, se me ha acabado el tabaco. También he revisado mi cartera para revisar de cuanto dinero dispongo para tan
sublime vicio gusto y para mi sorpresa
mentiras, no fue sorpresa: ya sabia que no tenia ni un dolar en la cartera ¡Estoy en números rojos, tan rojos como la cubierta de la cajetilla que suelo comprar!. Al sentirme impotente ante situaciones que
mi economía no pueden ser controladas, he decido dejar el
sublime arte por una semana. PUEDO DEJARLO CUANDO QUIERA. De entrada, he sentido un cambio en mi visión
pues ya no me cae el humo del cigarro en la cara.
Día dos. He revisado mi archivero de nuevo con la esperanza de al menos encontrar uno,
AL MENOS UNO, sin resultados satisfactorios. Mi cuerpo lentamente se va
entumeciendo adaptando a la
desesperación desintoxicación. De todas maneras ¿Que mas puedo hacer? Simplemente, como todos los días, dar mi mejor sonrisa
para engañar y esperar a que alguien se descuide para poder robarle un cigarro. Curiosamente, siento una paz interior pero a la vez un vacío, como si algo me faltara. Sí, ¡Es cierto! Me falta
nicotina y alquitrán cambiar ese hábito por uno más sano, como salir a correr, aprender un nuevo deporte
o tomar cerveza.
Día tres. Mi cuerpo comienza a experimentar cambios particulares ante la falta de nicotina, como por ejemplo, respirar sin obstrucciones. La ansiedad que tenía al primer día
se ha intensificado a tal grado de volverse obsesiva-compulsiva y depresiva ha desaparecido para mi suerte. Cuando salgo y camino por las calles, veo a muchos
infelices fumadores, digo
DAME UNO, JODER "wow, de lo que se pierden al dejar ese molesto hábito" Mi cuerpo lentamente cambia, se rejuvenece, se siente
muerto en vida vivo luego de haber dejado por TRES DÍAS el tabaco. ¡Es genial!
¿Que, acaso estoy participando en un reallity o en una competencia de resistencia para el record Guinnes?¿Porque yo, PORQUE YO?
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¡Puedo dejarlo cuando pueda!¡PUEDO DEJARLO,
PUEDO DEJARLO, NO PUEDO DEJARLO! |
Día cuatro. En mi afán de
buscar de nuevo tal vez un cigarro escondido en el estúpido archivero, mantener este nuevo cambio en mi vida, he visto detalladamente la caja de cigarros y pude observar un par de imágenes perturbadoras. En las cajetillas de cigarro generalmente vienen advertencias
estúpidas e inútiles valiosas y preventivas que permiten concienciar al cliente. Pero hay una particular
que rápidamente me llama la atención y me perturba. Respiro con sosiego y giro rápidamente mi vista hacia otro lado para distraerme
y veo como revolotea un zancudo por la ventana. Sólo falta que para mi desgracia, también me dé Chikungunya. Maldito zancudo.
¿PORQUE YO?, ¡PORQUE YO!
¡YA HE PERDIDO LA CUENTA DE LOS ESTÚPIDOS DÍAS! Día cinco. Solo me toca resignarme. El cambio ya he realizado estragos significativos en mi cuerpo, como respirar profundamente, sin fatigas, sin el olor característico del fumador y una mejor concentración
emocional, han desaparecido ciertos vértigos y me conformo con exhalar aire puro. Siento que la vida en cada oportunidad que puede, me da la espalda, una puñalada o directamente trata de lanzarme las siete plagas de Egipto.
Me salto al día ocho
porque me da la regalada gana. He reflexionado profundamente y he llegado a la conclusión que
cuando me paguen compraré al menos doce cajetillas es gratificante vivir así. Sabía que podría dejarlo cuando pueda; solamente necesitaba un impulso
que me jodiera.Ahora, por el momento, solo me queda
resignarme disfrutar de esta etapa de mi vida
y ver como los demás se burlan de mi triste existencia como siempre. Espero que esta
maldita gratificante experiencia también ayude a otros
adictos individuos como yo. ¡Diganle NO al tabaco!
... No me aguanto a mi próximo pago. En serio, lo juro, esto NO me vuelve a pasar de nuevo. Estúpido vicio.
Animus iocandi, si usted pretende dejar el cigarrillo, busque ayuda profesional ¡y suerte!; este artículo está escrito en forma cómica. ¡Ríase de su jodida la vida!